domingo, 20 de abril de 2014

Enamorándose...



Yo siempre me enamoraba del chico equivocado. No es como si me hubiera enamorado muchas veces, pero creo que tenía experiencia en eso de ilusionarse y después toparse con un muro indescriptible.
La primera vez que pasó, tenía 13 años. La secundaria era aburrida, monótona y patética. Sentía que le faltaba algo a mi vida, pero todo cambio cuando vi a un chico. Ante esos ojos de niña incrédula, era perfecto. 
 
Siempre había soñado con un chico que tocara guitarra y bam, él lo hacía. Era alto. Delgado. Su cabello oscuro peinado desinteresadamente, pero siempre en su lugar. Una sonrisa de lado, tan sexy. Era bien parecido. Lo malo era que nunca habíamos hablado. Y nunca lo hicimos. Mi amor por él era tan platónico. Como inalcanzable. Vivía con el pensamiento de encontrármelo a cualquier lugar donde iba, acudí a unas reuniones solo porque el iria, pasaba cerca de donde el estaba y hablaba mas fuerte con el fin de que me viera tan si quiera alguna vez. Era tan ingenua. No, era tan patética. Pero el amor te hace cometer ese tipo de horrores.

Está claro que NUNCA ME MIRÓ. Y realmente fue lo mejor. Tiempo después lo conocí, cuando yo ya había logrado superarlo un poco, y digamos que si aun sentía algo de amor por él, se evaporo al instante. Era la persona más horriblemente antipática del mundo. Solo te trataba bien cuando le daba la gana, y era tan superficial y arrogante. Pff… No me quejo de haberlo superado.


Ahora está el siguiente amor, preparatoria.


La preparatoria es considerada por, por lo menos el 89% de la población joven como la mejor etapa de sus vidas. Y sin duda alguna, fue la mía. Ahí conoces los mejores amigos, los que son más probables a ser tus amigos de toda la vida (aunque debo decir que en la universidad también puede pasar eso); las cosas son relajadas; los maestros son exigentes pero no a fin de matarte con tareas y estudios; es la edad perfecta para que tus padres te dejen salir de noche, puedes disfrutar de tu tiempo libre. Oh dios, hay un sinfín de razones que hacen de esta etapa la mejor.

Y también es la mejor etapa para enamorarse. Y como no iba a hacerlo yo. El era un idiota. Bueno, es y creo que siempre lo será. A este si lo conocí, éramos “amigos”, de esos que te molestan, te hartan, te dan ganas de golpearlos contra un árbol o aventarlo del segundo piso de tu colegio. Cuando menos lo pensé, había caído enamorada de el. Me ponía celosa cuando hablaba con otras chicas, me encantaba verlo sonreír, amaba cuando hablaba o respondía las preguntas que hacían los profesores, verlo concentrarse y pensar era simplemente un placer. Más que enamorarme de su físico, me enamore de su intelecto. Su forma de ser. 

Fue un amor un poco más maduro. Dije “un poco”, eh.


Y pues quería llamar su atención. Como cualquier enamoramiento, quieres que esa otra persona te corresponda. Y es difícil que lo haga cuando ya te ha conocido y siguen siendo amigos. Así que habría de haber otra forma para conquistarlo. No quería hartarlo, siendo de esas chicas que son mas prostitutas que coquetas. Así que comencé a buscar las cosas que teníamos en común. Pues teníamos unos gustos en música un poco, parecidos. El era bastante grosero, y yo absolutamente no. Ambos habíamos ido a la misma escuela secundaria. El trauma fue, cuando descubrí que su mejor amigo… era el mismo chico del que me había enamorado en la secundaria. Oh si, el guitarrista. 

Por poco y muero de un infarto o algo parecido. Mejores amigos. Lo que quería decir que había una gran posibilidad de que… Pongámosle un nombre… Jake. Había una gran posibilidad de que muy en el fondo Jake, fuera un superficial engreído igual que su amigo.

Pero cabe decir, que no porque seamos amigos de algunas personas, seremos iguales a ellas. Él no era así. Era peor. Nunca vi que le llamara la atención una chica. Peleaba con un gran grupo de ellas, pero nunca lo vi coquetear con alguna. Eso me dejo desconcertada. Podría ser gay… Eso sería triste.


Decidí investigar un poco más. Comenze a hablarle por chat. Aun por allí era molesto. Pero manteníamos mejores conversaciones que en persona. Digamos que empezamos a hablar hasta altas horas de la madrugada. Lo raro es que en persona todo seguía igual, peleaba conmigo, peleaba con todas. Pero empecé a saber un poco más de su vida. Y comprendí algo realmente importante. Lo que él era en el horario escolar era una total mascara. Porque cuando hablábamos se convertía en una persona diferente, si, me molestaba, pero podíamos hablar seriamente, tontear y no salía con cosas como lo hacía normalmente.


Así que diremos que si antes solo me llamaba la atención o me gustaba, ahora estaba total y perdidamente enamorada de ese idiota.

Continuará…?

2 comentarios:

  1. Qué más sigue... qué más????!!!! Mujer, eres muy, pero muy talentosa con las palabras. Deberías tener más seguidores! Creo que si decides publicar tus historias en algún sitio como Wattpad, Fanfi.es, serías bastante leída!

    Pero ahora, a lo que iba: ¿Qué pasó con el chico? *.*
    ¿Cómo es que me dejas entusiasmada leyendo y luego... pufff, continuará?
    Eres mala... muy malvada TT_TT

    Eeeen fin, es agradable leerte siempre que puedo :)

    Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lia♥ Primeramente, gracias por pasar a leer y por dejar un comentario :')
      Es lindo saber que alguien puede leerme ;D Y si, tengo una cuenta en wattpad, pero como que no ando familiarizada, ya sabes. :/ De hecho, me sigues por ahí... :P

      Respecto a la historia, se me acabo la inspiración, lo demás que escribía eran incoherencias, por eso lo deje alli, pero prometo continuarlo! c:
      Espero leas la respuesta :D

      Y de nuevo, graciaaaaaaaaaaaaaas♥

      Eliminar