sábado, 23 de noviembre de 2013

Ultimamente...


no hago otra cosa que fingir.
 
 Mi corazón está roto. Tenía tanto tiempo llenándose de grietas y más grietas. Que este último golpe terminó destruyéndolo todo.
Pero igual sonrío. No me gusta que las personas se sientan mal por mi. Odio la lástima. Prefiero poner torpemente una sonrisa en mi rostro, a tener que explicar las tonterías que mi corazón siente. No he hablado de eso con nadie. No han escuchado como me siento realmente. Porque sé que si abro la boca, las lágrimas fluirán por mis ojos y para pararlas no habrá final.
Si me ves, solo soy una chica normal, lo que se dice normal, siguiendo su vida, sonriendo, jugando, bromeando, viviendo. Pero en mi interior, soy una chica destrozada, atrapada en un camino sin salida, llorando, pensando, sobreviviendo.
Sé que quizá exagero. Sé que llegará el momento en que todo se me pasará. Sé que las cosas pasan por algo. Y tengo claro todo esto. Pero nadie le quita a mi corazón el dolor de su partida.
Si, seguro pensarán que todo esto es por una persona que quizá no vale la pena. Pero, para mi era especial. ES ESPECIAL. No sé si volverá. La esperanza aun vive, aunque poco a poco se desvanece con el pasar de los días.
Hoy, solo tengo algo que pedir, ese deseo, que una vez leí en algún libro...
"Deseo lo que sea mejor para mí"
 Si lo mejor es que el fin de la historia sea este, que así sea. Pero si aun hay alguna salvación para todo esto, espero que no sea demasiado tarde, cuando mis esperanzas queden destruidas por el abandono.

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