viernes, 28 de febrero de 2014

El hombre perfecto...(?)



No podía dejar de mirarlo. Era tan perfecto. Sus ojos avellana tan brillantes, rodeados de largas pestañas, su boca pequeña con sus labios perfectamente rosados. Sus hombros anchos y su torso plano. Realmente amaba esas playeras blancas "interiores". A la mayoría de los hombres se les veían bien, pero oh mi dios, a aquel hombre se le veía mucho más que bien.
Iba a comenzar a dar mi rápido chequeo de su cintura para abajo cuando Hannah me despertó de mi bella distracción.
-Jane ¿me estas escuchando? - Dijo mirándome con su bella cara oscurecida de molestia.

-Yo eh… ¿Me preguntaste algo? Oh, ¿te he dicho que me encantan tus zapatos? Lucen tan bien en ti.- Chillé tratando de hacer que su enojo, por no haberle estado prestando atención, disminuyera.

-Ok perdonada. –Dijo rodando los ojos –Te comentaba acerca del baile de graduación. ¿Iras no? Tenemos que conseguir unos vestidos espectaculares. Será nuestro penúltimo año, tenemos que vernos mejor que en el baile pasado.

Bufé. El año pasado nos habíamos presentado radiantes al baile de graduación. A pesar de que no éramos graduadas, nos colábamos por ser parte del comité estudiantil. Ese año Hannah llevaba un hermoso vestido corto rosa fucsia junto unos zapatos de tacón alto color negro. Y yo llevaba un vestido azul turquesa hasta la rodilla con zapatos y accesorios dorados. Nos sentíamos las reinas de la fiesta. Hasta que un grupo de idiotas quisieron darle la despedida a algunos de sus compañeros graduados y encendieron la campana de incendios, mojándonos a todos los que nos encontrábamos en el lugar. Terminamos con el cabello y maquillaje estropeados y absolutamente mojadas. No fue nuestro mejor baile.

-Hannah, no sé si quiero ir este año al baile… -Dije temiendo por su reacción.- Es que, ya sabes lo que paso el año pasado. Creo que preferiría quedarme en casa.

-¿Qué? ¿Quedarte en casa? ¡De ninguna jodida manera Jane! Somos parte del comité, tenemos que estar allí para ocuparnos de que todo este perfecto en la fiesta.

-¡Por favor Hannah! Ambas sabemos que eso es un pretexto que usan los chicos del comité para poder acudir a los bailes sin que los profesores los reporten. –Dije rodando los ojos.

-Ok ya lo sé. –Imito mi acción. –Pero habíamos hablado de esto antes. Quiero ir.

-Bien, puedes ir sin mi. – Dije, aun sabiendo cual seria su respuesta.

-¡No! No puedo ir sola, tu tienes que acompañarme. Anda no seas aguafiestas, este año la fiesta será grandiosa.

-No tengo que ponerme. Y mi madre no me permitirá comprarme un vestido nuevo ya que estoy castigada por… - La hermosa distracción se acercaba. No sabía que hacer, mire hacia todos lados. Hannah se dio cuenta mi acción, pero no alcanzo a girarse a ver lo que me afectaba, antes de que unos musculosos brazos dejaran un papel en la mesa.

-Un chico me dio esto y dijo que lo trajera hacia aquí. Le dije que no soy mensajero de nadie, pero al parecer era urgente. –
 

No supe cómo, pero mis ojos fueron a parar a su sensual pecho y se dirigieron lentamente a su cara. Wow, de cerca pude ver que sus ojos eran de un azul oscuro. Muy oscuro. ¿Quien diablos tenia ojos azul oscuro? Jamás había visto a nadie que tuviera unos. Eso le daba un toque excepcional. Una sonrisa salió de sus labios. Mire a Hannah, se hallaba con la misma, e incluso peor expresión que quizá tenía yo. Lo miraba embelesada y con la boca abierta. Ahora entendía porque sonreía el deseable tipo. Estábamos babeando.

Me aclaré la garganta y le di una mirada a Hannah de “contrólate-perra”, lo hizo, pero enseguida saco una de sus mejores sonrisas y empezó a aletear sus pestañas coquetamente.

-Oh, muchas gracias! No tenias porque haberte preocupado.- Dijo poniendo su mano en el brazo de dicho hombre, este miro su mano, e hizo una mueca. Muy mal Hannah. 
Nota, no le gustaba que lo tocaran. O quizá era gay.

-Umm… Si bien, no importa solo lo traje aquí y creo que me tengo que ir. Ejem. – Me miró. Mis piernas comenzaron a temblar y mi boca se abrió.

Lo último que esperaba que saliera de mi boca, apareció.

-¿Tus ojos son azul oscuro?

Tan pronto como lo dije, me arrepentí. En su cara vi confusión, pero después su expresión cambio a sorna y sonrió. Iba a decir algo pero una mano pequeña y femenina apareció en su hombro.

-Cariño, ¿Qué sucede? – Dijo y lo jalo hacia atrás para quitar la mano de Hannah, que no me había dado cuenta, seguía en su brazo.

Él no había quitado los ojos de mí. Su sonrisa se había borrado pero sus ojos brillaban extrañamente. Me obligue a hablar, no quería causar problemas con su, amm, al parecer novia… Amante… O lo que sea.

-Te agradecemos habernos traído el recado. – Le sonreí, tome el papel y lo abrí. Ignorándolos como si ya no estuvieran allí.

Leí el texto aun nerviosa, sintiendo su mirada sobre mí.

Encontrémonos en Solet Street a las 4 de la tarde. Ve sola. Es importante. Es sobre tu padre.

De pronto, olvide al chico perfecto, a su... lo que sea y donde me encontraba. Mi padre. Él había muerto hace 6 años. ¿Que significaba esto?

1 comentario:

  1. y que paso !!. quiero saber que paso eres increible saludos desde ECUADOR :)

    ResponderEliminar